viernes, 11 de marzo de 2011

MI ESPERA

Acariciar tu piel sedosa como un pañuelo tejido en cachemir,
que atraviesa el anillo del dedo meñique
de vírgenes consagradas a la diosa Venus,
contemplar tu cara iluminada parcialmente en la penumbra,
por lucernas de aceite botadas por jóvenes vestales,
y un olor a complicidad que hacia presagiar
el amor contenido  en el parpadear de los sueños
y ocultaba la desnudez de flamantes de noches de deseo.

Pero las hojas levantaban sospechas
con tunicas de sombra y sueños de distancia,
los frutos de los labios derramaban quimeras
al manto de la noche, y una esperanza febril,
escondia, derramando en el lecho,
el coraje de insomnios y silencios que auspician
las memorias de espejo con luces
que espero que al final,
respiren futuras y gozosas  transparencias.

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